Renault puede hablar de una «tercera generación», pero este nuevo Zoe es más bien una agradable (y necesaria) evolución. Vamos a echarle un vistazo contigo.
150.000 matriculaciones, 18,2 % de la cuota de mercado de los vehículos eléctricos en Europa (¡e incluso 54,9 % en España!): el Zoe, el pequeño coche eléctrico de Renault, no necesita presentación. Para retomar el buen camino, sobre todo con vistas a la llegada de los EV de PSA a finales de año, la marca ha decidido llevar a cabo una importante actualización… que no es necesariamente evidente a primera vista. Hay que decir que este «nuevo» Zoe se parece mucho al actual. El trabajo se ha centrado más en los faros delanteros y traseros, que son totalmente LED desde el primer nivel de acabado, así como en el parachoques, visualmente más ancho y agresivo. El capó es un poco más acanalado. Las ruedas se han cambiado a 5 tuercas y los frenos traseros a frenos de disco, lo que requiere juegos de ruedas completamente nuevos de 15 a 17 pulgadas. La carta de colores se ha actualizado con tres nuevos tonos: el Azul Celadón (ya visto en el nuevo Clio), el famoso Rojo Llama y el Blanco Quatrz. Un último detalle: los logotipos ya no son cromados azulados, sino que tienen un borde azul alrededor.
No, es claramente en el interior donde los cambios son más visibles. El salpicadero de este nuevo Zoe es nuevo con, como elemento destacado, una gran pantalla de 9,3″ en formato vertical. Las atractivas tapicerías de tela hacen acto de presencia mientras que el puesto de conducción se amplía hasta las 10″, una característica única en el segmento según Renault. Es una pena que la marca no haya aprovechado para ofrecer una mejor posición de conducción con un asiento muy alto y un volante muy bajo. En cualquier caso, el acabado y la calidad percibida se anuncian como un auténtico salto adelante respecto a la generación anterior, lo que evidentemente no es un lujo. Incluso se han mejorado algunos detalles, como las luces LED del techo o el selector de marchas que cambia a «shift by wire».
También hay grandes cambios bajo el capó. Con dos grandes novedades: una nueva batería y un nuevo motor. En cuanto a la batería, se ha aumentado la autonomía de 41 a 52 kWh, lo que garantiza una autonomía de 390 km según la norma (realista) WLTP. Cabe destacar que esta mejora en la batería no invade el espacio a bordo, lo que siempre es bueno saber. Para recargarlo, hay dos buenas noticias: el cargador Cameleon sigue presente y todavía puede soportar hasta 22 kW en CA -que yo recuerde el mejor rendimiento, independientemente de la categoría- y podemos apuntar con alegría la llegada de un enchufe Combo, que da al Zoe acceso a la red europea Ionity, por ejemplo. La única sorpresa es que la potencia de carga está limitada a 50 kW, lo que me parece demasiado poco. Aumentarlo a 80 kW podría haber acortado aún más el tiempo de carga (150 km en 30 minutos con el Combo, carga completa en 9,25 horas con un cargador de 7 kW)…
Y el motor también es nuevo. Junto a la probada R110 (cuya prueba por Luisa se puede encontrar aquí), tomamos nota de la llegada de la R135 -135 por su número de caballos, como se puede ver. En términos de prestaciones, el aumento de 20 Nm del par motor (hasta 245 Nm) permite al coche pasar de 0 a 100 km/h en menos de 10 segundos y acelerar de 80 a 120 km/h en 7,1 segundos (-2,2 s). El R110 y el R135 han sido diseñados, desarrollados y fabricados por Renault.
La última área de mejora son las ayudas a la conducción, señala el concesionario de coches segunda mano Madrid Crestanevada. Como el Zoe no se basa en la nueva plataforma CMF-B utilizada en el último Clio, no puede permitirse todos los gadgets de última generación… pero sigue estando a la última. Entre ellos, el cambio automático de las luces de carretera, el reconocimiento de señales con aviso de adelantamiento, el siempre útil aviso de ángulo muerto, el asistente de mantenimiento de carril, la frenada automática de emergencia y el aparcamiento asistido. El kit necesario, pues, para cualquier buen coche urbano de 2019.