El jefe, el líder que llegó antes que nadie a un mercado que empezaba hace 10 años, en el que nadie creía y que se ha convertido en el más popular de Europa. Hoy, una de cada cuatro siluetas vendidas es un SUV y en su mercado, el de los compactos, el Qashqaï sigue siendo el líder del mercado.
Una hazaña ante una competencia mucho más densa y feroz que hace una década. En la actualidad, el japonés debe enfrentarse al Renault Kadjar, al que se acerca mecánicamente, al Peugeot 3008, a los modelos del grupo Volkswagen (Volkswagen Tiguan, Seat Ateca y Skoda Karoq), a los coreanos (Hyundai Tucson y Kia Sportage) y a otros muchos actores. En total, hay casi veinte modelos que luchan por los favores de una clientela cada vez más exigente. Para contrarrestar a sus numerosos rivales, el Nissan Qashqai se ha sometido a un restyling, tanto estético como sobre todo técnico.
Como resultado, el coche japonés adopta la nueva identidad estilística de Nissan descubierta con el Micra. El frontal se ha rediseñado con una parrilla en forma de V muy pronunciada y unos faros estirados que ahora cuentan con iluminación LED. Los parachoques también se han rediseñado, con algunas inserciones grises, y los idénticos pilotos traseros ganan un efecto 3D. Se trata de un restyling que es visible, al menos en el frontal, y que da un bienvenido lavado de cara al antecesor del mercado.
A bordo, en cambio, la calma es total… Mientras la competencia innova ofreciendo salpicaderos digitales, cargadores inductivos de smartphones o sistemas multimedia aún más avanzados, el Qashqai se conforma con un volante de tres radios con un diseño más «deportivo», nuevas inserciones en el salpicadero y una actualización de su sistema fechado, el Nissan Connect. Este último ofrece una nueva interfaz con toda la conectividad actual, pero los gráficos y la ergonomía general están anticuados en comparación con la competencia.
En su defensa, lo compensa reforzando significativamente su gama de ayudas a la conducción. Destacamos la llegada de la detección de peatones y el asistente de aparcamiento inteligente, además del reconocimiento de señales de tráfico, la gestión automática de faros, la detección de ángulo muerto y la alerta de tráfico cruzado trasero. Por último, es sobre todo el nuevo sistema de conducción semiautónoma denominado ProPilot el que marca un punto de inflexión (véase el recuadro «El punto de alta tecnología»). Este dispositivo no llegará hasta finales de año. Gestiona la dirección, la aceleración y el frenado manteniendo el vehículo en su carril en el tráfico rápido.
Aparte de la aparición de un sexto nivel de acabado, que es decididamente de alta gama e incluye una bonita tapicería de cuero Nappa, llantas de 19 pulgadas y un sistema de sonido Bose, la calidad percibida de los «modelos básicos» sigue siendo la media de la categoría. El ajuste y el acabado son bastante buenos, pero persisten algunos plásticos de gama baja en las partes inferiores, los paneles de las puertas y la palanca de cambios. El Qashqai tampoco ha avanzado en materia de hospitalidad, señala el concesionario de coches segunda mano Crestanevada. Sigue siendo uno de los peores del mercado, con un habitáculo trasero que está en la media y uno de los maleteros más pequeños de la categoría, con 430 litros.