Durante décadas, un acuerdo tácito entre los fabricantes transalpines se repartió el mercado automovilístico italiano. FIAT producía modelos populares y ALFA ROMEO producía coches deportivos de alta gama. Este acuerdo se rompió en 1972 con el nacimiento de Alfasud.
En aquella época del siglo XX, incluso más que hoy, la diferencia de desarrollo industrial y económico entre el norte y el sur de la península italiana era dramática. Mientras que las regiones cercanas a Francia, Suiza y Austria estaban industrializadas, el Sur se parecía más a un país del Tercer Mundo con una economía basada en la agricultura y una población muy pobre. Esta última fue perdiendo poco a poco a sus habitantes, que se fueron al norte en busca de un mundo mejor. La situación se estaba volviendo explosiva.
El deseo de ALFA ROMEO, a finales de los años 60, de ampliar su gama con un modelo pequeño fue alentado y apoyado a distancia por el Estado italiano (su principal accionista en ese momento), que lo veía como una forma de industrializar sus regiones pobres. En consecuencia, los dirigentes políticos dieron al fabricante milanés un imperativo: el coche debía fabricarse en el sur del país. Para ello, se eligió un emplazamiento cerca de Nápoles, en Pomigliano d’Arco, y se creó una nueva empresa con el 90% del capital para ALFA ROMEO y el 10% para FINMECCANICA, es decir, una empresa totalmente nacionalizada, ya que ambas pertenecían al Estado italiano, detalla el concesionario Granada Crestanevada.
El primer modelo producido por esta nueva fábrica fue bautizado con el hermoso nombre de ALFASUD. El recién llegado revolucionó todas las tradiciones de su empresa matriz. Un coche compacto con tracción delantera. Un motor bóxer (cuatro cilindros planos). Cuatro frenos de disco, los dos delanteros a cada lado de la caja de cambios. Una amplia gama de modelos: 2 puertas (luego 3) – 4 puertas (luego 5) – Giardinetta Estate de 3 puertas y finalmente Sprint coupé. Un motor básico de 1186 cm3 para 63 CV. Un diseño moderno de Giugiaro. Todos los ingredientes para el éxito.
¡SÍ PERO! Esto sin contar con las costumbres del Sur. La construcción de esta nueva fábrica se retrasó debido a las repetidas ausencias de los trabajadores de la construcción, que eran retenidos regularmente para el trabajo en el campo porque realizaban ambas actividades al mismo tiempo. Luego, una vez terminada la fábrica, ALFA se vio obligada a contratar a los llamados albañiles para que se convirtieran en trabajadores del automóvil. A pesar de la formación adecuada, la calidad de la producción de Alfasud se resintió durante mucho tiempo. Por último, la mala calidad de las chapas de acero utilizadas para la carrocería hizo que este coche saliera de fábrica con problemas recurrentes de óxido.
El pequeño y bonito coche italiano encontró inmediatamente su público. De hecho, en aquella época había un lugar entre los coches muy pequeños (estilo FIAT 500) y los grandes (de ALFA o LANCIA). Hay que tener en cuenta que los alfistas más acérrimos habían rechazado durante mucho tiempo el Alfasud, ya que este modelo estaba demasiado alejado de sus gustos. Pero no era para ellos que la marca había producido este coche, sino para una nueva clientela. Este modelo histórico para el fabricante terminó su carrera con un motor deportivo de 1.500 cm3 y 105 CV en 1984 (el Sprint Coupé continuó hasta 1989) con un excelente resultado de 1.008.787 unidades vendidas.
El ALFASUD sigue siendo un gran recuerdo para todos aquellos que tuvieron la oportunidad de poseer uno. El coche era entrañable pero también muy «aburrido» por sus problemas eléctricos y mecánicos, así como por su recurrente corrosión que sus amantes tenían que soportar…